-Dios!- grite. Comenzaba a humedecerme. Seguía tocándome por encima de mi ropa, al mismo tiempo que me besaba como si no hubiera un mañana. Creo que estaba apunto de venirme, aun sin tenerlo dentro me hacia sentir tanto placer que seguro era ilegal. Aventaba su cuerpo hacia mí y me aferraba con los brazos a su espalda. Sentí como su cuerpo se tensaba al estar tan cerca uno del otro. Forme un leve arco con mi cuerpo, quería sentir su dureza. Su mano hábil estaba a punto de llevarme al éxtasis.
-Quiero…- tenia que saber que era tenerlo dentro, si su mano me hacia sentir fuego por dentro, que era lo demás…?
-¿Qué…? ¿Qué quieres? – preguntaba
-Te quiero a ti…- jadee.
- Y me tendrás- afirmo.
Entonces se escucharon pasos en el pasillo después de la entrada de su casa.
-Shh!- puso su dedo en mis labios, para silenciarme.
-¿Hay alguien? ¡Alex! ¡Penny!- Era su hermana y con sus amigas.
-Oh por Dios!- soltó – Ahí hay un baño nos metemos en lo que mi tonta hermana nos busca en mi cuarto.- señalaba una puerta.
-Ajá – bajo de encima de mi, tomo mi ropa del suelo y gateando llegamos a un pequeño baño, muy pequeño. Percibía su calor y su aroma muy cerca, no podía creer que tan rápido se acabara. De mala gana empecé a vestirme, cuando me dijo:
-¿No que querías hacerme tuyo?- soltó seductoramente.
-Bueno yo, pues…- me hacia dudar con esas preguntas.
-Yo me muero por ti y creo que lo sabes. Me has visto desnudo, así que es mi turno…- sentencio.
Reí nerviosa.
-Mira, saldré e iremos a mi cuarto, para estar… más cómodos.
-Pero… y tu hermana?- mi voz sonó ansiosa y un tanto preocupada.
-Ella ¿qué? No te preocupes, me debe unas cuantas- admitió. Ya vestido, me dio un beso apasionado, hasta dejarme la cara roja - Te espero arriba. – Asentí con la cabeza y salio.
Deje que pasaran unos minutos y ya vestida, salí del baño. Como si nada pasará cruce la sala y comencé a subir las escaleras. Al llegar arriba me encontré a su hermana y a sus 2 amigas.
-Nos vemos luego Penny, solo regrese por dinero.- se despidieron con la mano.
-Claro. Diviértete, adiós. – dije y suspire con tranquilidad. Yo haria los mismo con tu hermano.
Sentí que una mano me jalaba de la cintura, al voltear era Alex que me reclamaba:
-¿Por qué me torturas así? Te necesito- fruncí los labios, sonrojada. – Vamos – decía mientras me llevaba a su cuarto con besos y caricias desesperados.
Empezó a desnudarme de nuevo. Jadeante, me besaba los senos, mi vientre y por fin llego a mi zona más sensible… y comenzó a tocarla y a besarla. Mientras gemía escuchaba su voz decir cuando me deseaba. Me cargo y llevo hasta la cama. Se quito el pantalón, se inclino hacia un cajón y saco protección. Acaricie el objeto de mi locura, que habitaba debajo de esos boxers morados. Sentí que la tela se tensaba, me arrodille frente a él, le quite el paquetito negro de sus manos. Me deshice de la poca ropa que ambos teníamos y le coloque el condón.
Me penetro lentamente al principio, se encontraba encima de mí. Con un hábil movimiento rode hacia arriba, manteniéndome dueña de la situación. Movía mis caderas cadenciosamente, al tanto que él acariciaba mis pechos.
-Tienes unos senos perfectos- dijo entre jadeos. Se levanto uno poco para besarlos y yo grite de placer.
-Oh, Penny…- decía. Me encantaba escuchar mi nombre de su voz, me excitaba todavía más. Nuestros movimientos fueron incrementando velocidad.
-Es mi turno de estar arriba- dijo, rápido y sin salir se poso arriba, sostuvo una de mis piernas con su mano cerca de su cadera. Me hacia enloquecer. Embestía con fuerza, pero siendo gentil a la vez. Se inclinaba y besaba mis labios, mis mejillas, orejas y cuello. Mi cuerpo no podía asimilar tanta satisfacción. Soltó mi pierna, y coloco sus brazos a ambos lados de mí, apretando las cobijas con fuerza. Mis gemidos aumentaban. Atraje su rostro al mío y lo bese con frenesí.
-Más…- Le exigía. Quería sentirlo más profundamente, unirnos en un infinito placer…
Aumento el jadeo de ambos y la velocidad de sus penetraciones. No creía posible nada de lo que me hacia. Con un par de sacudidas más ambos llegamos al éxtasis. Se derrumbo en mi, con la respiración agitada, me abrazo y besaba el cuello debajo de mi mandíbula.
Nos quedamos abrazados desnudos, no se cuanto tiempo. Oscurecía y tenía algo de frío. Al pie de su cama había una cobija, la desdoblo y la coloco encima de nosotros. Me bastaba con tenerlo cerca de mí.
-Penny yo… - no lo deje terminar, lo calle con un beso, no opuso resistencia.
-Shh!- no quería que nada arruinara el momento. – Tengo que irme.- me levante y vestí. Hizo lo mismo, ayudándome a abotonar la camisa. Rozaba suavemente mis senos, me enchinaba la piel el tacto de sus dedos.
De mala gana baje la escalera con él, dirigiéndonos a la puerta principal.
-Adiós – me despedí. No quería pero tenía que irme.
-Claro, te vas con cuidado- su voz se escuchaba algo triste. Si pudiera quedarme para “consolarlo” seguro lo haría.
-Sip – le iba a dar un beso en la mejilla. Si lo besaba en otra parte mi cuerpo se rendiría a sus encantos. Pero me beso frenéticamente en los labios. El beso duro una eternidad, no quería que se despegara de mi, pego su cuerpo al mío, hasta que nos separamos para recobrar el aliento.
-¿Vendrás a ver una película mañana conmigo? – nuevamente con esa voz y mirada seductoras a las que no me podía negar.
-Claro, ¿cuál veremos?- quise sonar inocente, pero mis ojos seguro me delataron.
- La misma de hoy – una sonrisa radiante salio de su rostro.
-Hummm…- entre cerré los ojos y pase la lengua por mis labios. – Está bien – le sonreí.
¡Claro que quería ver la misma película!
10 oct 2009
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1 comentario:
sabes lo mas nice de tus relatos es que todos tienen un mensaje bueno: protejanse jaja
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