...Penny...
Un excitante sonido salio de su boca. Continúe tocándolo. Comenzó a jadear. Estaba caliente, ardía. Ansíe probarlo.
-No…- gimió. Tomo una de mis manos por la muñeca y me dio la protección. Se deshizo de sus pantalones, después de su boxer gris. La tela estaba a reventar debido a su excitación.
No pude evitar bajar la vista. Me ruborice. Mi pulso se acelero aun más.
-No te distraigas- dijo pícaramente, subiendo mi cara tomando mi barbilla con su mano. Para después embriagarme con sus besos. Dejo de besarme, dándome la oportunidad de cubrir su miembro duro con el plástico. Realice lentamente esa acción. Cerró los ojos y su rostro se contrajo en una dulce mueca.
-Listo- dije con mi boca contra la suya. Toco mi húmeda entrada con sus dedos, llevándolos después a su sexo.
Comenzó a besarme mientras entraba de a poco en mi cuerpo. Lo tome con fuerza del cuello. Mordí levemente el lóbulo de su oreja.
Empujo con fuerza. No logre contener un gemido. Se detuvo. Con mis piernas alrededor de su cadera lo invitaba a profundizar sus movimientos.
-Penny…- jadeaba en mi oreja.
Su vaivén se incremento. Baje mis manos por su musculosa espalda, hasta llegar a su trasero. Gruño contra mi boca. Me cargo por las caderas. Salio de mi y me arrojo a la cama.
Tomo mis piernas y las subió a sus hombros. Me levanto ligeramente. De nuevo entro en mí, ahora sin detenerse. Grite de placer. Lo vi sonreír satisfecho.
En la posición en la que me tenia, entraba profundamente en mi ser. Jadeaba ante cada arremetida contra mi cuerpo. No podía pensar en otra cosa que no fuera Nosotros.
Bajo mis piernas y se giro para que lo montara. Tomo mi cadera mientras me movía en círculos. Le gustaba que llevara el control. Tomo uno de mis pechos apretando un poco mi pezón.
-Ohhh…- logre decir. Se levanto y lo beso. Intercambiando su lengua y sus tibias manos. Levantaba su pelvis para sincronizar movimientos y llegar al mayor de los placeres.
Pronto los dos lo lograríamos.
Sentí mi interior tensarse. Giro de nuevo para estar encima. Tomo mis piernas colocándolas a sus costados. Las embestidas provocaban que mis pechos brincaran con libertad, los veía mordiendo sus labios.
Una de sus manos se dirigió a mis senos. Se inclino y ligeramente los mordió. ¡Dios! Qué bien se sentía.
-No…- gimió. Tomo una de mis manos por la muñeca y me dio la protección. Se deshizo de sus pantalones, después de su boxer gris. La tela estaba a reventar debido a su excitación.
No pude evitar bajar la vista. Me ruborice. Mi pulso se acelero aun más.
-No te distraigas- dijo pícaramente, subiendo mi cara tomando mi barbilla con su mano. Para después embriagarme con sus besos. Dejo de besarme, dándome la oportunidad de cubrir su miembro duro con el plástico. Realice lentamente esa acción. Cerró los ojos y su rostro se contrajo en una dulce mueca.
-Listo- dije con mi boca contra la suya. Toco mi húmeda entrada con sus dedos, llevándolos después a su sexo.
Comenzó a besarme mientras entraba de a poco en mi cuerpo. Lo tome con fuerza del cuello. Mordí levemente el lóbulo de su oreja.
Empujo con fuerza. No logre contener un gemido. Se detuvo. Con mis piernas alrededor de su cadera lo invitaba a profundizar sus movimientos.
-Penny…- jadeaba en mi oreja.
Su vaivén se incremento. Baje mis manos por su musculosa espalda, hasta llegar a su trasero. Gruño contra mi boca. Me cargo por las caderas. Salio de mi y me arrojo a la cama.
Tomo mis piernas y las subió a sus hombros. Me levanto ligeramente. De nuevo entro en mí, ahora sin detenerse. Grite de placer. Lo vi sonreír satisfecho.
En la posición en la que me tenia, entraba profundamente en mi ser. Jadeaba ante cada arremetida contra mi cuerpo. No podía pensar en otra cosa que no fuera Nosotros.
Bajo mis piernas y se giro para que lo montara. Tomo mi cadera mientras me movía en círculos. Le gustaba que llevara el control. Tomo uno de mis pechos apretando un poco mi pezón.
-Ohhh…- logre decir. Se levanto y lo beso. Intercambiando su lengua y sus tibias manos. Levantaba su pelvis para sincronizar movimientos y llegar al mayor de los placeres.
Pronto los dos lo lograríamos.
Sentí mi interior tensarse. Giro de nuevo para estar encima. Tomo mis piernas colocándolas a sus costados. Las embestidas provocaban que mis pechos brincaran con libertad, los veía mordiendo sus labios.
Una de sus manos se dirigió a mis senos. Se inclino y ligeramente los mordió. ¡Dios! Qué bien se sentía.
Continuara...
1 comentario:
Beu nena, eres bárbara! no hay palabras, qué naturalidad, magnífico...en fin!!
Penny Lane!!!
Un beso
T.
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