En qué momento decide el hombre hacia dónde es posible caminar, qué tan alto o qué tan bajo pretende tocar, con qué certeza da la mueca chueca que acompaña al si, quién decide, es él, o es la respuesta a un entorno prefabricado, que a su vez es la respuesta a otro entorno prefabricado, de qué manera se libera de un enigma, ¿se es libre?, siempre lo acompañara el hálito amargo del hubiera, el destino es un mecanismo perfecto que se reacomoda solo, existe y se palpa, se estaciona a observarnos comer en un parque, leer un libro, hacer el amor, y entonces espera la grieta que abre la duda para entrar y decidir la manera de preservar lo sereno de la noche, o lo impaciente del tiempo, que no espera. Qué más nos da, que más nos debería de dar, pero cuando regresa la dicotomía, del presente y el hubiera, es entonces que llega la tristeza, entonces baja mi voz y se ahoga en lo más sombrío del estanque, se queda apagada, porque nunca le será posible vivir el si y el no en la misma vida, en la misma oportunita, en el momento preciso, y ahora, ahora nunca sabré como hubiera sido mi vida sin haber escrito esto, jamás lo entenderé.
De tarde pasa
De qué nos sirve la melancolía, el atarnos al pasado, abrazarnos a esa nada que flota delicadamente entre tu boca y la mía, me mortifico con la tonada y el aroma de septiembre, con los sonidos de la secundaria, es mejor acompañar la soledad de mi recamara con las soledades pasadas, así la tristeza me hace compañía, el frío puede ser tan cálido como el dolor de tu ausencia, y recuerdo todos los encuentros primeros, y saboreo sus hasta luego, no vislumbro realidades a esta hora, de tarde pasa que las medias tintas desaparecen, casualmente desaparecen, vagabundo impreciso de tristezas, que delicia.
Victor Arzate
*Estos dos pequeños escritos son de un chico que estoy conociendo por el mensajero. Escribe bien, muy profundo me atrevo a decir. Espero que les gusten :] Saludos a todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario