10 dic 2009

Solo un ángel .:. Cuarta Parte

La fiesta era en casa de Josie, conocía perfectamente el camino. Tenía un jardín enorme, con hermoso pasto verde, mesas redondas y sillas ya estaban acomodadas. Música rock se oía de fondo.
Los brinquitos de Josie la hicieron distinguirse entre la multitud, si que era una gran fiesta. Varias hieleras con cerveza adornaban la fiesta. Josie se acerco a Darien sosteniendo una botella de cerveza entre su mano.
-Ya empezaste la fiesta ¿ah?- bromeo Darien.
-Calla. Es que hace mucho que no bebo. Ya me hace falta- le guiño un ojo y tomo un sorbo-. Vamos te presento a unos amigos- lo arrastro hasta donde se encontraba segundos antes –. ¡Hey! Les presento a Darien- lo saludaron con sonrisa.

Todos se divertían, incluso para sorpresa de Darien, él también, intentaba bailotear, se recrimino el no haber llevado su consola de música, hubiera mezclado una par de cosillas y él también estaría bailando o lo que sea que hacia mientras mezclaba.

-Iré por algo de beber- susurro o quizá seria mejor llamarlo un casi grito en el oído de Josie. En respuesta ella levanto ambos pulgares y siguió brincoteando por todos lados.

Ya no había nada de beber, con o sin alcohol en las hieleras. Se dirigió a la cocina, un poco de agua le bastaría para calmar su sed.
-Oh. Lo siento- había tropezado con alguien.
-Descuida- esa… era la voz. Su voz.
-¿Ruby?- su sorpresa fue tanta que de inmediato su cuerpo se prendió en llamas.
-¿Darien? ¡Ay hola!- se acerco a darle un beso a la mejilla. Ese acercamiento era peligroso y ambos lo sabían, pero que más daba.

Habían pasado casi tres semanas desde que la había visto por primera vez. Todas las noches soñaba con poder rozar sus labios, con poder tocar esa morena piel, de probar cada rincón de su ser. No era momento de cobardías, esté era su momento y no iba a desperdiciarlo, ya habría tiempo de disculpas si es que ella no quería nada con él. Tomo el riesgo, giro un poco su cabeza dirigiendo su boca a la de ella.
Sus labios se aproximaron poco a poco, percibió un aroma floral, se le hizo agua la boca. El encuentro de su boca fue simplemente delicioso. Se arriesgo un poco más, llevando sus manos al cuello de Ruby. Ella gimió un poco, las manos de Darien estaban frías.
-Disculpa- hablo con sus labios aun en cercanía. Ella sonrío, un leve “no importa” se escucho apenas. Continuaron besándose. No se supo quien de los dos dio paso a un beso más apasionado. Su respiración se acelero.

-Vayan al baño…- escucharon. Una cabellera de rizos y despeinada acababa de cruzar la sala. Los había visto, pero les habían dado una buena idea.
Avergonzada Ruby lo jalo con desesperación al baño, que se encontraba en el primer piso.

Prácticamente corrieron al baño. No había nadie en el pasillo. Se besaron hasta llegar a la puerta. Darien abrió, no se quería apartar de ella, la tomo de la cintura y entraron.
Ella lo aplasto contra la pared, sentía sus senos contra su pecho y se agito aun más. Ruby le quito la chamarra, con manos desesperadas, intentaba sacarle la camisa, Darien la tomo de las manos alejándola un poco. Deslizo su camisa por arriba de su cabeza, dejando su pecho descubierto. Lo miro con ojos embriagados de deseo. Se abalanzo a él, tocando con sus manos aquel cuerpo medio desnudo. Atrevidamente, las manos de Ruby se dirigieron a su trasero, primero tímidamente, pero los jadeos de Darien, le hicieron saber que aquel descarado tacto le gustaba. Él hizo lo propio; despojándola de aquel suéter de cuello alto que le quedaba pegado al cuerpo. Debajo del suéter, llevaba una blusa negra, con un leve escote en la espalda, sus manos fueron atraídas por su espalda desnuda. Subió esa blusa, tocando cada centímetro de su cuerpo. Ruby jadeaba. Su sostén negro de encaje, fue la gota que derramo el vaso...

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