Cuando estas cerca de mi, me cuesta hablar, no puedo dejar de mirarte.
Si te alejas no podría respirar, al cerrar mis ojos lo único que vería serias tu. Mis sueños y pesadillas los protagonizas tú. Solo tú.
Ya se que suena estúpido pero desearía que jamás te alejaras de mi, tenerte para siempre a mi lado.
Me fascina cuando te trabas al hablar, el sonido de tus silencios, tu voz, tu sonrisa, tus chistes tontos, tus manos al tomar mi rostro entre ellas, para contemplarme con mayor claridad.
Ardo en deseos de tenerte cerca de mi, sentir tu abrazo, tus brazos rodeándome.
Te quiero, te deseo, justo ahora.
Tan solo de verte, puedo imaginar tus manos suaves recorriendo todo mi ser, tu lengua en mi boca, tus pequeñas mordidas en mis labios, sedientos, desesperados por ti, por tus movimientos suaves y exactos.
Cada neurona de mi cerebro pide a gritos las caricias de tus manos, los besos de tu boca, tu aliento, tu respiración, tu mirada, tu sonrisa abrasadora, la felicidad que me brindas al estar junto a mí.
Devórame como solo tú sabes hacerlo. No puedo esperar más para hacerte mío, solo mío y de nadie más, que el mundo se acabe porque seria muy muy feliz a tu lado.
17 dic 2009
PRIMERA VEZ (parte uno)
El-amor, si no quieres no te obligare a nada-
Ella-no es que no quiera solo me da miedo-
El-a mi también, pero confía en mí, lo que menos quiero es lastimarte-
Ella-lo sé amor, y yo no quiero fallarte-
El-si decides que no, a mi no me fallas y mucho menos me molestaría-
Ella-está bien yo te amo y es lo que quiero-
El-yo también te amo y yo también lo quiero
El y ella- jajaja-
Ella-que goloso eres amor-
Ella-“Comenzó con suaves caricias por todo mi cuerpo, sus manos eran como dos llamas, peligrosas pero cálidas, con pasión pero amorosas. Sus besos, con esos labios tan candentes me excitaban”
El-“La piel de su cuerpo en mis manos era todo lo que deseaba, sentir la curvatura de sus caderas, cintura y piernas me excitaba. Su respuesta a mis besos me incitaba a seguir”
Ella-“Sus besos por todo mi cuerpo, descubriendo cada parte de mí, me dejaban sin aliento era casi como estar en la tina de masaje, de hecho era mejor”
El-“Jaja descubrí que al besar su cuerpo poco a poco se le dificultaba respirar, imagino que es un buen signo, un signo de que disfruta este momento. Sus pechos! wow esos pechos tan magníficos y pensar que solo son míos”
Ella-“Al parecer esto va de maravilla ahora el miedo ni existe en mi vocabulario”-hay amor me haces cosquillas-“bueno pero puedes seguir”
El-Lo siento, pero sé que te gusta-
Ella-Eres un tonto, pero si jaja-
El-Soy un tonto que te ama-
Ella-“Uy su miembro no está nada mal, y pensar que me daba miedo jaja que tonta soy”-Amor lo estoy disfrutando mucho, estoy lista-
El- segura? como ordene mi capitán “Fuck el condón”
Ella-Em a dónde vas-
El- Por el preservativo amor-
Ella-ok-“aunque preferiría sin, en fin”
El-Prometo no lastimarte-
Ella-Más acción y menos palabras-
El-Amooooor!! Quien te viera-
Ella-no es que no quiera solo me da miedo-
El-a mi también, pero confía en mí, lo que menos quiero es lastimarte-
Ella-lo sé amor, y yo no quiero fallarte-
El-si decides que no, a mi no me fallas y mucho menos me molestaría-
Ella-está bien yo te amo y es lo que quiero-
El-yo también te amo y yo también lo quiero
El y ella- jajaja-
Ella-que goloso eres amor-
Ella-“Comenzó con suaves caricias por todo mi cuerpo, sus manos eran como dos llamas, peligrosas pero cálidas, con pasión pero amorosas. Sus besos, con esos labios tan candentes me excitaban”
El-“La piel de su cuerpo en mis manos era todo lo que deseaba, sentir la curvatura de sus caderas, cintura y piernas me excitaba. Su respuesta a mis besos me incitaba a seguir”
Ella-“Sus besos por todo mi cuerpo, descubriendo cada parte de mí, me dejaban sin aliento era casi como estar en la tina de masaje, de hecho era mejor”
El-“Jaja descubrí que al besar su cuerpo poco a poco se le dificultaba respirar, imagino que es un buen signo, un signo de que disfruta este momento. Sus pechos! wow esos pechos tan magníficos y pensar que solo son míos”
Ella-“Al parecer esto va de maravilla ahora el miedo ni existe en mi vocabulario”-hay amor me haces cosquillas-“bueno pero puedes seguir”
El-Lo siento, pero sé que te gusta-
Ella-Eres un tonto, pero si jaja-
El-Soy un tonto que te ama-
Ella-“Uy su miembro no está nada mal, y pensar que me daba miedo jaja que tonta soy”-Amor lo estoy disfrutando mucho, estoy lista-
El- segura? como ordene mi capitán “Fuck el condón”
Ella-Em a dónde vas-
El- Por el preservativo amor-
Ella-ok-“aunque preferiría sin, en fin”
El-Prometo no lastimarte-
Ella-Más acción y menos palabras-
El-Amooooor!! Quien te viera-
Solo un ángel .:. Final
Ella camino hacia atrás. Hasta ese momento Darien no se había dado cuenta que dentro del cuarto estaba una tina, una tina donde perfectamente cabían dos personas. El destino estaba de su lado. Ruby se sentó al borde de la tina. Él la siguió, hincándose frente a ella. Abrió sus piernas y se acoplo perfecto a su cuerpo. La tomo de la cadera y con cuidado la recostó en la tina, el frío mármol hizo que la piel de Ruby se enchinara, haciendo que sus pezones se levantaran.
-Preciosa- dijo Darien con voz seductora. Ella se ruborizo, con un dedo lo invitaba a estar recostada con ella en la tina. Lento pero seguro Darien se metió con ella.
Los besos y caricias no se hicieron esperar.
El deseo de Ruby por sentirlo incremento. Sus manos se dirigieron a los pantalones de Darien. Ayudándole, se levanto, quedando de rodillas sobre ella. Se quito el cincho, y abrió lentamente su pantalón, Ruby bajo el ziper, clavándole una lujuriosa mirada. Mojo sus labios. Con una mano lo tomo del cuello para besarlo y la otra la introdujo en su pantalón, sintiendo su calor, toco su sexo con delicadeza, su objetivo casi estaba listo. Los jadeos de Darien, excitaban a Ruby.
-No, no puedo más…- se separo de ella. Tomo sus piernas y las abrió, dejándola a su merced. Las mejillas de ella ardían en deseo. Ella subió sus piernas hasta la cadera de él, haciéndole saber que estaba lista. Su mano se metió por entre aquellas piernas bien torneadas. Llego a su sexo y sintió de inmediato la humedad, ella estaba preparada, lista, solo para él. Su pecho se inflo de orgullo.
La toco un poco, dejando que se embriagara del calor de sus dedos sabios. Subió la falda de Ruby hasta su cintura, un sexy ligero se dio a notar. Regreso a su centro y de nuevo la toco, ella se arqueo.
-Basta…- sus ojos estaban cerrados y mordía su labio. – Te… te necesito… ahora- abrió sus ojos y con fiereza lo beso. Mordió los labios de Darien con notoria ansiedad.
Él bajo un poco sus pantalones junto con su ropa interior, liberando de la prisión de tela a su ya sobre excitado miembro.
-Lo siento, no, no tengo…- había olvidado los más importante.
-No importa, yo me protejo- le susurro al oído.
Sin más, dirigió su miembro a su centro húmedo, entrando sin piedad en ella. Con lo cual Ruby grito, Darien intento acallar su grito con sus labios, los podrían descubrir.
Ruby río por lo bajo, a ella le excitaba el hecho de que alguien entrara por esa puerta. El vaivén de movimientos, los hacia jadear.
Con voz demandante Ruby le exigía más. Él respondía a sus peticiones entrando con más fuerza en ella. Las uñas en la espalda de Darien eran otro nivel de placer. Su boca la dirigió a los senos de Ruby, haciéndola gemir, levanto su sostén, dejando al descubierto unos hermosos pechos. Darien los probó, degustando lentamente su sabor. Ruby jadeaba, entrelazando sus dedos en su cabello.
Pronto Darien llegaría al clímax, pero quería llevársela en ese inmenso placer, la velocidad de sus embestidas incrementaron. Sus senos saltaban delicadamente en su pecho, con una mano capturo uno, haciéndola gemir. La tensión de su interior llego. Casi era el momento, repitió los movimientos, ella movía sus caderas. Juntos llegaron al mayor placer. Uno, que ninguno de los dos podría describir. Sudado Darien se recostó su lado, disfrutando del calor de su cuerpo semidesnudo. Decir algo rompería aquel exquisito placer. Pero ella tenía que saber, que lo había salvado del vacío que lo invadía. La beso, acercándola más con una mano en su cuello. Aquel vacío que ella había llenado con una sola mirada, tres semanas atrás. Ruby le había robado el corazón, órgano que creía muerto y que por ella volvía a latir, como un colibrí batiendo sus pequeñas alas.
Le sonrío, no se atrevía a decir más. Ya habría tiempo para charlar, para decirle que era su ángel guardián y que siempre le estaría agradecido por salvarlo y por darle la más desbordante satisfacción.
-Preciosa- dijo Darien con voz seductora. Ella se ruborizo, con un dedo lo invitaba a estar recostada con ella en la tina. Lento pero seguro Darien se metió con ella.
Los besos y caricias no se hicieron esperar.
El deseo de Ruby por sentirlo incremento. Sus manos se dirigieron a los pantalones de Darien. Ayudándole, se levanto, quedando de rodillas sobre ella. Se quito el cincho, y abrió lentamente su pantalón, Ruby bajo el ziper, clavándole una lujuriosa mirada. Mojo sus labios. Con una mano lo tomo del cuello para besarlo y la otra la introdujo en su pantalón, sintiendo su calor, toco su sexo con delicadeza, su objetivo casi estaba listo. Los jadeos de Darien, excitaban a Ruby.
-No, no puedo más…- se separo de ella. Tomo sus piernas y las abrió, dejándola a su merced. Las mejillas de ella ardían en deseo. Ella subió sus piernas hasta la cadera de él, haciéndole saber que estaba lista. Su mano se metió por entre aquellas piernas bien torneadas. Llego a su sexo y sintió de inmediato la humedad, ella estaba preparada, lista, solo para él. Su pecho se inflo de orgullo.
La toco un poco, dejando que se embriagara del calor de sus dedos sabios. Subió la falda de Ruby hasta su cintura, un sexy ligero se dio a notar. Regreso a su centro y de nuevo la toco, ella se arqueo.
-Basta…- sus ojos estaban cerrados y mordía su labio. – Te… te necesito… ahora- abrió sus ojos y con fiereza lo beso. Mordió los labios de Darien con notoria ansiedad.
Él bajo un poco sus pantalones junto con su ropa interior, liberando de la prisión de tela a su ya sobre excitado miembro.
-Lo siento, no, no tengo…- había olvidado los más importante.
-No importa, yo me protejo- le susurro al oído.
Sin más, dirigió su miembro a su centro húmedo, entrando sin piedad en ella. Con lo cual Ruby grito, Darien intento acallar su grito con sus labios, los podrían descubrir.
Ruby río por lo bajo, a ella le excitaba el hecho de que alguien entrara por esa puerta. El vaivén de movimientos, los hacia jadear.
Con voz demandante Ruby le exigía más. Él respondía a sus peticiones entrando con más fuerza en ella. Las uñas en la espalda de Darien eran otro nivel de placer. Su boca la dirigió a los senos de Ruby, haciéndola gemir, levanto su sostén, dejando al descubierto unos hermosos pechos. Darien los probó, degustando lentamente su sabor. Ruby jadeaba, entrelazando sus dedos en su cabello.
Pronto Darien llegaría al clímax, pero quería llevársela en ese inmenso placer, la velocidad de sus embestidas incrementaron. Sus senos saltaban delicadamente en su pecho, con una mano capturo uno, haciéndola gemir. La tensión de su interior llego. Casi era el momento, repitió los movimientos, ella movía sus caderas. Juntos llegaron al mayor placer. Uno, que ninguno de los dos podría describir. Sudado Darien se recostó su lado, disfrutando del calor de su cuerpo semidesnudo. Decir algo rompería aquel exquisito placer. Pero ella tenía que saber, que lo había salvado del vacío que lo invadía. La beso, acercándola más con una mano en su cuello. Aquel vacío que ella había llenado con una sola mirada, tres semanas atrás. Ruby le había robado el corazón, órgano que creía muerto y que por ella volvía a latir, como un colibrí batiendo sus pequeñas alas.
Le sonrío, no se atrevía a decir más. Ya habría tiempo para charlar, para decirle que era su ángel guardián y que siempre le estaría agradecido por salvarlo y por darle la más desbordante satisfacción.
14 dic 2009
Experiencia
Te encontrabas en medio de mis brazos recordando la experiencia vivida hace unos instantes, no quería soltarte, mi cuerpo deseaba permanecer así toda una eternidad, si se vuelve a repetir esa experiencia, siempre sera mejor que la pasada, entonces te susurre: aun hay noche que agotar...
10 dic 2009
Solo un ángel .:. Cuarta Parte
La fiesta era en casa de Josie, conocía perfectamente el camino. Tenía un jardín enorme, con hermoso pasto verde, mesas redondas y sillas ya estaban acomodadas. Música rock se oía de fondo.
Los brinquitos de Josie la hicieron distinguirse entre la multitud, si que era una gran fiesta. Varias hieleras con cerveza adornaban la fiesta. Josie se acerco a Darien sosteniendo una botella de cerveza entre su mano.
-Ya empezaste la fiesta ¿ah?- bromeo Darien.
-Calla. Es que hace mucho que no bebo. Ya me hace falta- le guiño un ojo y tomo un sorbo-. Vamos te presento a unos amigos- lo arrastro hasta donde se encontraba segundos antes –. ¡Hey! Les presento a Darien- lo saludaron con sonrisa.
Todos se divertían, incluso para sorpresa de Darien, él también, intentaba bailotear, se recrimino el no haber llevado su consola de música, hubiera mezclado una par de cosillas y él también estaría bailando o lo que sea que hacia mientras mezclaba.
-Iré por algo de beber- susurro o quizá seria mejor llamarlo un casi grito en el oído de Josie. En respuesta ella levanto ambos pulgares y siguió brincoteando por todos lados.
Ya no había nada de beber, con o sin alcohol en las hieleras. Se dirigió a la cocina, un poco de agua le bastaría para calmar su sed.
-Oh. Lo siento- había tropezado con alguien.
-Descuida- esa… era la voz. Su voz.
-¿Ruby?- su sorpresa fue tanta que de inmediato su cuerpo se prendió en llamas.
-¿Darien? ¡Ay hola!- se acerco a darle un beso a la mejilla. Ese acercamiento era peligroso y ambos lo sabían, pero que más daba.
Habían pasado casi tres semanas desde que la había visto por primera vez. Todas las noches soñaba con poder rozar sus labios, con poder tocar esa morena piel, de probar cada rincón de su ser. No era momento de cobardías, esté era su momento y no iba a desperdiciarlo, ya habría tiempo de disculpas si es que ella no quería nada con él. Tomo el riesgo, giro un poco su cabeza dirigiendo su boca a la de ella.
Sus labios se aproximaron poco a poco, percibió un aroma floral, se le hizo agua la boca. El encuentro de su boca fue simplemente delicioso. Se arriesgo un poco más, llevando sus manos al cuello de Ruby. Ella gimió un poco, las manos de Darien estaban frías.
-Disculpa- hablo con sus labios aun en cercanía. Ella sonrío, un leve “no importa” se escucho apenas. Continuaron besándose. No se supo quien de los dos dio paso a un beso más apasionado. Su respiración se acelero.
-Vayan al baño…- escucharon. Una cabellera de rizos y despeinada acababa de cruzar la sala. Los había visto, pero les habían dado una buena idea.
Avergonzada Ruby lo jalo con desesperación al baño, que se encontraba en el primer piso.
Prácticamente corrieron al baño. No había nadie en el pasillo. Se besaron hasta llegar a la puerta. Darien abrió, no se quería apartar de ella, la tomo de la cintura y entraron.
Ella lo aplasto contra la pared, sentía sus senos contra su pecho y se agito aun más. Ruby le quito la chamarra, con manos desesperadas, intentaba sacarle la camisa, Darien la tomo de las manos alejándola un poco. Deslizo su camisa por arriba de su cabeza, dejando su pecho descubierto. Lo miro con ojos embriagados de deseo. Se abalanzo a él, tocando con sus manos aquel cuerpo medio desnudo. Atrevidamente, las manos de Ruby se dirigieron a su trasero, primero tímidamente, pero los jadeos de Darien, le hicieron saber que aquel descarado tacto le gustaba. Él hizo lo propio; despojándola de aquel suéter de cuello alto que le quedaba pegado al cuerpo. Debajo del suéter, llevaba una blusa negra, con un leve escote en la espalda, sus manos fueron atraídas por su espalda desnuda. Subió esa blusa, tocando cada centímetro de su cuerpo. Ruby jadeaba. Su sostén negro de encaje, fue la gota que derramo el vaso...
Los brinquitos de Josie la hicieron distinguirse entre la multitud, si que era una gran fiesta. Varias hieleras con cerveza adornaban la fiesta. Josie se acerco a Darien sosteniendo una botella de cerveza entre su mano.
-Ya empezaste la fiesta ¿ah?- bromeo Darien.
-Calla. Es que hace mucho que no bebo. Ya me hace falta- le guiño un ojo y tomo un sorbo-. Vamos te presento a unos amigos- lo arrastro hasta donde se encontraba segundos antes –. ¡Hey! Les presento a Darien- lo saludaron con sonrisa.
Todos se divertían, incluso para sorpresa de Darien, él también, intentaba bailotear, se recrimino el no haber llevado su consola de música, hubiera mezclado una par de cosillas y él también estaría bailando o lo que sea que hacia mientras mezclaba.
-Iré por algo de beber- susurro o quizá seria mejor llamarlo un casi grito en el oído de Josie. En respuesta ella levanto ambos pulgares y siguió brincoteando por todos lados.
Ya no había nada de beber, con o sin alcohol en las hieleras. Se dirigió a la cocina, un poco de agua le bastaría para calmar su sed.
-Oh. Lo siento- había tropezado con alguien.
-Descuida- esa… era la voz. Su voz.
-¿Ruby?- su sorpresa fue tanta que de inmediato su cuerpo se prendió en llamas.
-¿Darien? ¡Ay hola!- se acerco a darle un beso a la mejilla. Ese acercamiento era peligroso y ambos lo sabían, pero que más daba.
Habían pasado casi tres semanas desde que la había visto por primera vez. Todas las noches soñaba con poder rozar sus labios, con poder tocar esa morena piel, de probar cada rincón de su ser. No era momento de cobardías, esté era su momento y no iba a desperdiciarlo, ya habría tiempo de disculpas si es que ella no quería nada con él. Tomo el riesgo, giro un poco su cabeza dirigiendo su boca a la de ella.
Sus labios se aproximaron poco a poco, percibió un aroma floral, se le hizo agua la boca. El encuentro de su boca fue simplemente delicioso. Se arriesgo un poco más, llevando sus manos al cuello de Ruby. Ella gimió un poco, las manos de Darien estaban frías.
-Disculpa- hablo con sus labios aun en cercanía. Ella sonrío, un leve “no importa” se escucho apenas. Continuaron besándose. No se supo quien de los dos dio paso a un beso más apasionado. Su respiración se acelero.
-Vayan al baño…- escucharon. Una cabellera de rizos y despeinada acababa de cruzar la sala. Los había visto, pero les habían dado una buena idea.
Avergonzada Ruby lo jalo con desesperación al baño, que se encontraba en el primer piso.
Prácticamente corrieron al baño. No había nadie en el pasillo. Se besaron hasta llegar a la puerta. Darien abrió, no se quería apartar de ella, la tomo de la cintura y entraron.
Ella lo aplasto contra la pared, sentía sus senos contra su pecho y se agito aun más. Ruby le quito la chamarra, con manos desesperadas, intentaba sacarle la camisa, Darien la tomo de las manos alejándola un poco. Deslizo su camisa por arriba de su cabeza, dejando su pecho descubierto. Lo miro con ojos embriagados de deseo. Se abalanzo a él, tocando con sus manos aquel cuerpo medio desnudo. Atrevidamente, las manos de Ruby se dirigieron a su trasero, primero tímidamente, pero los jadeos de Darien, le hicieron saber que aquel descarado tacto le gustaba. Él hizo lo propio; despojándola de aquel suéter de cuello alto que le quedaba pegado al cuerpo. Debajo del suéter, llevaba una blusa negra, con un leve escote en la espalda, sus manos fueron atraídas por su espalda desnuda. Subió esa blusa, tocando cada centímetro de su cuerpo. Ruby jadeaba. Su sostén negro de encaje, fue la gota que derramo el vaso...
6 dic 2009
Solo un ángel .:. Tercera Parte
Platicaron de varias cosas; de la escuela, los amigos, en como la habían pasado el día de la invitación a salir, se pusieron al día en todo.
-Me da gusto que te encuentres mejor- la voz de Josie siempre era demasiado sincera, calida, no estaba programada para mentir. Eso le acarreaba unas cuantas enemistades y miradas llenas de ira, cosa que a ella le importaba un pepino, “A las personas no les gusta escuchar la verdad” decía, tenia mucha razón, les gusta vivir en una mentira.
-Si, gracias- se sentía aun apenado por no haber ido, seguro que un poco de distracción lo hubiera sanado pronto.
-Lastima, se te acabo el veinte- le sonreía Josie, él la miro confundido, a veces era tan extraña, extraña en buen sentido.
-No entiendo- admitió Darien.
-Pues que ya es tarde, vine hasta tu escuela y ahora me tengo que ir. Te diré por qué vine. Los chicos están organizando una fiesta, por el fin de cursos y eso, ya sabes, para esos enfermos cualquier pretexto es bueno para hacer fiestas- río de nuevo, esa pequeña nunca paraba de reír.
-Oh. Así que te enviaron a avisarme- lo habían perdonado por faltar a su ultima reunión.
-Así es. Y no aceptamos un No como respuesta. Te envío después la dirección, más te vale ir o la maldición caerá en ti y no tendrás sexo en siglos – le saco la lengua cono una niña, y ambos rieron.
-Ya. Esta bien.
Pidieron la cuenta, la mesera muy atrevida le coló su numero en la carpetita de la cuenta. Pero de inmediato Josie la tomo y pago.
-No no no, yo pago.
-Nada qué. Nosotras también tenemos dinero- el orgullo en su voz se hizo notorio.
El numero de la mesera callo al suelo, sin que nadie se diera cuenta. Salieron del lugar. Caminaron juntos hasta llegar al transporte que la llevaría a su casa.
-Perfecto, nos vemos prontito- le dio un abrazo, mejor dicho hizo lo posible por sacarle las entrañas con ese apretón.
-Ay- se quejo, de donde diantres sacaba tanta fuerza esa pequeña.
-Ah, perdona, ya tenia mucho que no te veía- sonrío apenada, pero pronto ese sentimiento se le paso y le dio un pequeño golpe en el hombro- deja de quejarte: ¿somos hombres o payasos? – soltó una carcajada a la que Darien no tardo en unirse.
-Creo que payasos…- decía sujetándose las costillas.
-Claro, eso sospeche- se llevo una mano a la barbilla, esa imagen de pensadora, era demasiado graciosa–. Me largo, cuídate. Nos vemos- se dirigió al sistema de transporte y se despidió con la mano. Darien respondió de la misma forma.
-Me da gusto que te encuentres mejor- la voz de Josie siempre era demasiado sincera, calida, no estaba programada para mentir. Eso le acarreaba unas cuantas enemistades y miradas llenas de ira, cosa que a ella le importaba un pepino, “A las personas no les gusta escuchar la verdad” decía, tenia mucha razón, les gusta vivir en una mentira.
-Si, gracias- se sentía aun apenado por no haber ido, seguro que un poco de distracción lo hubiera sanado pronto.
-Lastima, se te acabo el veinte- le sonreía Josie, él la miro confundido, a veces era tan extraña, extraña en buen sentido.
-No entiendo- admitió Darien.
-Pues que ya es tarde, vine hasta tu escuela y ahora me tengo que ir. Te diré por qué vine. Los chicos están organizando una fiesta, por el fin de cursos y eso, ya sabes, para esos enfermos cualquier pretexto es bueno para hacer fiestas- río de nuevo, esa pequeña nunca paraba de reír.
-Oh. Así que te enviaron a avisarme- lo habían perdonado por faltar a su ultima reunión.
-Así es. Y no aceptamos un No como respuesta. Te envío después la dirección, más te vale ir o la maldición caerá en ti y no tendrás sexo en siglos – le saco la lengua cono una niña, y ambos rieron.
-Ya. Esta bien.
Pidieron la cuenta, la mesera muy atrevida le coló su numero en la carpetita de la cuenta. Pero de inmediato Josie la tomo y pago.
-No no no, yo pago.
-Nada qué. Nosotras también tenemos dinero- el orgullo en su voz se hizo notorio.
El numero de la mesera callo al suelo, sin que nadie se diera cuenta. Salieron del lugar. Caminaron juntos hasta llegar al transporte que la llevaría a su casa.
-Perfecto, nos vemos prontito- le dio un abrazo, mejor dicho hizo lo posible por sacarle las entrañas con ese apretón.
-Ay- se quejo, de donde diantres sacaba tanta fuerza esa pequeña.
-Ah, perdona, ya tenia mucho que no te veía- sonrío apenada, pero pronto ese sentimiento se le paso y le dio un pequeño golpe en el hombro- deja de quejarte: ¿somos hombres o payasos? – soltó una carcajada a la que Darien no tardo en unirse.
-Creo que payasos…- decía sujetándose las costillas.
-Claro, eso sospeche- se llevo una mano a la barbilla, esa imagen de pensadora, era demasiado graciosa–. Me largo, cuídate. Nos vemos- se dirigió al sistema de transporte y se despidió con la mano. Darien respondió de la misma forma.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)