12 jul 2009

Suerte




Hoy desperté con la intención de hacerte mio. De morder tu pecho desnudo, tu cuello, tus labios, tu lengua...

Aun siento tu sabor en mi boca. Recostada en la cama recuerdo la pasión que desbordábamos en cada roce de nuestros cuerpos. Los muros temblaban ante nuestros gritos de placer. Eres un excelente amante, ¿sabes? El mejor.

Tomame cuantas veces lo desees. Soy tuya. Esclava de tus deseos más bajos y sucios. Cumpliré tus fantasías al pie de la letra, haré el papel de damisela en apuros si así lo deseas.

Esos pantalones enmarcan muy bien tu cuerpo. Sabes a lo que me refiero ¿no? Te ves mejor sin ellos, ¡claro! Pero... ¿Qué es la vida sin algo de diversión? Me divierte mucho desabrocharte los botones de tu camisa. También levantarte la playera. Me convierte en una loca pervertida ese pecho marcado. Tu ombligo y más lo que hay después de él, me nubla completamente la razón.

En las noches al verte dormir a mi lado es totalmente fascinante. Veo como las sabanas se acoplan perfecto a tu cuerpo. Como tus pies rozan mis pies. Escucho tu respiración acompasada, la sonrisa de tus labios.. me hace saber que hicimos un buen trabajo.

Me acerco a tu cuerpo... tratando de no sacarte de tus sueños, te susurro al oído cuanto te deseo, tu inconsciente me escucha lo sé. Tiemblas un poco al sentir mi cabello en tu rostro, tu piel se enchina. Sonrió. Me muerdo el labio inferior con una sonrisa picara. Me acerco más a ti. Observo tu rostro y aun sonríes. Mojo mis labios, acercándome más a los tuyos, incomparablemente deliciosos. Intento resistirme pero ya es muy tarde me rindo... y te beso. Procuro que sea un beso fugaz, pero instantáneamente despiertas.

Abres esos hermosos ojos entre café y verde que me vuelven loca y te sonrió. Parpadeas un par de veces. Me regalas una mirada profunda... y preguntas: ¿Cómo estás?, "desnuda" respondo, en realidad lo que pienso es: "excitada, como quieres que esté si tengo al hombre más sexy del mundo desnudo a mi lado?". "Oh es verdad", dices mirándome.

¡Diablos! ¿Qué hice para que me tocara el hombre más... más candente del mundo?

Acercas mi rostro entre tus manos al tuyo y me besas, como solo tú sabes hacerlo. Tu lengua juega con la mía -eso me desarma totalmente-. Tu mano izquierda baja por mi cuello; después tus labios. Me aferro a tu espalada con ambos brazos. Nuevamente posas tus labios en los mios. Tus manos bajan por mi espalda y se quedan en mi cintura. Tus besos se vuelven más profundos y emocionantes. Después de unos minutos -que se me hacen eternos- te detienes me miras y preguntas: "¿Estás lista?"- con una mirada traviesa y la respiración entre cortada-, a lo que respondo con un beso. Y comenzamos otra vez con nuestra aventura...
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